viernes, 18 de marzo de 2016

Intento de terror.

Sentado en mi silla de siempre me encuentro tomando un cafe, en el reflejo de la taza veo mi bigote blanco, que viejo me siento. Viejo y cansado.
Miro por la ventana y desde la comisaría veo a mi Rosario. A lo largo de los años fue cambiando, la recuerdo grande, los adolescentes venían a estudiar, las familias a establecerse y terminó siendo un nido de corrupción y muerte.
Recuerdo los '60, aquella gran manifestación de los trabajadores ferroviarios y otros reclamos sociales.
Pero los '70 fueron terribles, el país era un caos y en Rosario detonaba una bomba que daba como resultado 11 muertes (muchos compañeros míos) y otros 30 o 40 heridos… no recuerdo bien la cifra.
La gente desaparecía de las calles, veías pasar un Falcon verde y sabías que alguien iba a morir.
Quién pudiera olvidar esos años, pero jamás dejarán que pase, estoy seguro que aquellas vidas arrebatadas, rondan aun hoy por acá, por estos mismos pasillos y por estas calles, lo se, los vi, fantasmas que ni el padre Ignacio podría hechar, que reclaman justicia aun hoy.
Y si me preguntan, y con mi experiencia de tanto tiempo, le tengo mas miedo a los vivos que a los muertos.
Cuando les cuente mi historia quizás me crean o quizás no. ¿Alguna vez escucharon la frase "Creer o reventar"?
Yo llevaba a penas uno o dos años como policía, trabajaba en una comisaría de la zona sur de Rosario, como refuerzo. Era una época donde los móviles de las comisarías todavía patrullaban, no como hoy que a penas llevan y traen papeles de una oficina a otra.
Esa noche, después de una ronda de mates salimos a patrullar. A eso de las cinco de la mañana, como era invierno, todavía era de noche.
Pero aunque fuese de noche, las calles tenían ese toque lúgubre… como de infierno.
Recuerdo que doblamos en Horacio Cestino… Y le dije a mi compañero: "Viste eso??"… Y él aseguraba no haber visto nada. Pero yo, creía haber visto a una mujer de pelo largo negro y vestido blanco entrar a una casa abandonada. "Una mujer entro ahí" le aseguré, y mi compañero con un dejo de burla me aseguro que allí no podría haber nadie ya que justamente aquella casa estaba abandonada.
Sin darle mayor importancia seguimos nuestra ronda y volvimos a la comisaría. De ser un hecho sobrenatural no sería la primera vez que veíamos algo así.
Al día siguiente arrancamos nuestra ronda mas temprano, y eran como las tres de la mañana cuando pasamos de nuevo por la misma calle… Horacio Cestino n 455, presté atención al número, y de nuevo la misma mujer, esta vez me miró y pude vislumbrar que a sus manos le faltaban las uñas, en sus ojos había un dejo de tristeza, como olvidar esos ojos verdes que tan fijamente me miraban, como si pidiese ayuda, después de un breve momento ingresó a la casa.
Miré a mi compañero y por su cara pude suponer que había visto lo mismo que yo.
Nos armamos de valor y nos bajamos del auto, la casa ya no tenía puerta (seguramente había sido saqueada como tantas otras), así que entramos.
Y enseguida se escucho un grito. Puedo jurar que los gritos de terror de las películas no se comparan a nada de lo que yo escuche esa noche. Unos minutos de silencio, y un llanto. Un llanto de bebe.
Me paralicé, no recordaba si había traído la linterna, y no podía ver nada. Había un intenso olor a humedad y a óxido, como el de la sangre.
Mi compañero mas rápido que yo, encendió su luz y nos dirigimos hacia donde creíamos había provenido el grito.
En esa habitación se encontraba una cuna y en el borde de ella un cartel que decía "Juliana". La cuna comenzó a mecerse… No nos dieron las piernas para salir corriendo. Subimos al auto y dejamos atrás esa casa.
Al otro día hablo con mi jefe, un sub oficial que tenía mas antigüedad que yo y le pregunto sobre la casa en cuestión.
Creí que si le contaba sobre la mujer me tildaría de loco, así que le dije que solamente me llamaba la atención porque estaba en ruinas.
Se limito a decirme que no importa lo que hiciera no entrara allí.
Pero mi humanidad me pudo y tuve que volver, esta vez solo. No me animaba a entrar, estaba asustado.
Toque timbre en la casa de al lado y fingiendo que era parte de una investigación pregunte quien vivía allí.
¿Usted debería saberlo, es parte de ellos o no? - Me contestó una anciana de muy mal humor y con un dejo de desdén. Yo soy policía, no asesino, pensé. Fingí no entender y continúe preguntando.
¿Usted la vio no? - Y al ver mi expresión la anciana rió. -Su nombre era María Laura Bretal. Un día llegaron vio, como hacen siempre, tocaron la puerta y ella no quiso abrir, así que la derrumbaron. La ataron a una silla y con una pinza comenzaron a arrancarle las uñas… una por una. La pobrecita no sabía nada. Tenía una nena sabe, tres años tenía. Después de someter a María Laura a violaciones, submarinos  y electrochoques le arrebataron a su bebé y la dejaron morir ahí. Desde acá mismo se podían oír sus gritos.
Ahora cada 5 de mayo ella vuelve, ronda por su casa en busca de su hija robada."

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WHAT THE FUCK IS THIS SHIT?

Habia una vez... Una vez cuando? En un reino muy muy lejano... Lejano donde? O lejos de que? Chicos esta no es una historia de amor, leyero...