jueves, 14 de agosto de 2025

Cuando apagaron la luz.

Intenté y fallé, pero hubo un momento exacto en que todo cambió.

Como si alguien hubiera encontrado un interruptor dentro mío y lo hubiera presionado.
De repente, dejé de sentir.
No era solo tristeza: era un vacío tan profundo que creí que mi cuerpo no podría soportarlo.
Cada respiración dolía, cada latido parecía arrastrar un peso que no era mío,
y sentí que mi corazón, mi pecho, mi propia carne, conspiraban para apagarse junto con el amor que creí eterno.

No hubo gritos, ni lágrimas desbordadas, solo un clic que me dejó en penumbras.
Sentí que algo dentro mío se extinguía,
como si una parte de mi alma hubiera decidido rendirse antes de que pudiera decir adiós.

El mundo siguió girando, y yo me quedé ahí,
observando cómo todo aquello que me había hecho vibrar ahora parecía ajeno,
como si caminar fuera un acto imposible, y respirar, un milagro que no me pertenecía.

Creí que no se podía, vivir sin sentir, un hecho casi ficticio.
Pero ahí estaba yo, sentada en mi rincón mas oscuro, vislumbrando el interruptor que nunca más voy a dejar que nadie encuentre. Espero, que estés orgulloso. 

viernes, 1 de agosto de 2025

Despedida.

Entonces llovía, y entonces el mundo había perdido total y completamente el sentido.

Si a él no le importaba, por qué iba a importarme a mi? 

Hoy no hay poética, ni retórica, ni frases bien diseñadas para romantizar el dolor.  No hay romanticismo en el dolor, es dolor, y ya. 

Quiero que este dolor se vaya, le di la llave a quien podía aliviarlo y la tiró a la basura como quien tira un pedazo de manzana que no se terminó de comer. No importa, es residuo, es desperdicio, ya no sirve.

Yo termino la vida en oposición a como me la dieron, en total y completo consentimiento. Siempre tildé de cobardes a quienes se atrevían, pero amigo, los huevos que hacen falta. Y yo tengo muchísimo miedo.

Mas miedo me da, seguir la vida, sin mi amor en ella y sin el sentido de mi existencia. 

Siempre dije que quien decide ponerle punto final no avisa, toma la determinación y listo. Pero hoy, en esta disyuntiva, entiendo el por qué de la previa. Estamos esperando que alguien venga a salvarnos, a decirnos que nuestra vida vale de algo. 

Yo por mi parte, y como mencioné, la llave de mi vida la entregué y la tiraron al mar. Por tanto y por consecuencia, el final es inevitable. 

"Estos violentos deleites tienen fines violentos y en su triunfo mueren, como el fuego y la pólvora que, al besarse, consumen".

El último que salga, que apague la luz.  

Vos-yo-ella

Me preguntaban que era lo que te había visto, y yo pensaba en lo errado de la pregunta. No te había visto. Me había visto. Me amé en vos. Me...