domingo, 30 de noviembre de 2025

Feliz cumpleaños

Hoy cumple años el tipo que me enseñó, sin saberlo, que algunas personas no son heridas: son advertencias.
Que hay amores que no llegan a ser amor, pero igual dejan marcas como si lo hubieran intentado.

Él me dijo “te quiero” cuando yo tenía catorce y todavía confundía silencio con poder.
Hoy sé que no fue poder: fue cobardía. La mía.
Pero el tiempo tiene un sentido del humor particular, y cuando él volvió con el pecho inflado de adultez y palabras lindas, fue su turno de desaparecer.

Un gesto limpio, quirúrgico, casi elegante en su crueldad.
Copió mi error adolescente y me lo devolvió con intereses.

A veces pienso que ésa fue la única sincronía real entre nosotros: la capacidad de romper sin avisar.

Hoy es su cumpleaños. No voy a fingir ternura.
Le deseo lo que me deseo a mí: que deje de caminar por la vida creyéndose misterio
cuando en realidad solo es un laberinto mal diseñado.
Que aprenda a quedarse, o al menos a no prometerlo.
Y que algún día entienda que desaparecer no lo convierte en profundo, solo en predecible.

Yo crecí. Él también, supongo. Pero algunos crecen hacia adentro,
haciéndose cargo; otros crecen hacia afuera, llenándose de máscaras.

A él le deseo una cosa simple y sincera: que su próxima víctima tenga más suerte que yo.
Y que sus fantasmas —incluyéndome— le soplen las velas con la misma fuerza
con la que él sopló nuestras historias.

Feliz cumpleaños. Que la vida te devuelva todo lo que dejaste a la mitad. Incluido esto.

Seguí adelante, pero no indemne.

Logré cosas importantes después de que me rompiste el corazón. Conseguí trabajo. Me recibí. Alcancé metas que durante mucho tiempo parecían...