Hipocresía.

Si algo aprendí de vos, es el significado de la hipocresía.
No hay peor cosa en este planeta que creerse mejor que alguien.
En el proceso de aprendizaje en la vida,
ese que vos te quisiste dar el lujo de explicarme,
le erraste al sentido.
Es mas facil pasarse el tiempo criticando y señalando mis defectos,
que aprender a convivir con los tuyos propios.
Escribir es una descarga del alma, ya sea en un papel, un blog
o en una simple servilleta en el rincón de un bar.
Aquella persona que considere "pelotudeces" lo que uno tiene para decir,
no merece ser siquiera escuchada.
No hay peor crimen que desvalorizar el sentido de la palabra, y los sentimientos
expresados en ellas.
Esto no es una máscara, es una extensión del ser.
Y esto resulta tener hasta cierto grado de gracia, porque el muerto se rie del degollado.
Nunca frase mejor dicha.
Si tanto tenés para decir o criticar, acá estoy dame con lo mejor que tengas.
No vas a hacerme caer.
Pero no esperes respuesta alguna de mi parte, peleas solo.

Oscuridad.

Discontinuos pasos recorren mi camino,
no hay mapas, ni guías, ni destino,
tan sólo me ubico con lo que puedo,
siguiendo las señales de las estrellas
desde el cielo.
En la oscuridad puedo ver cómo se
desarrolla el tiempo, cada segundo es
tan igual al otro, pero a su vez esconde
contenidos inigualables a la valoración de
cada uno de ellos.
A veces se gana por sufragio,
pero en otras ocasiones uno nace con
ese fin, esa es su meta, y sabe que
va a dar todo por conseguirla,
no importa cuánta sangre haya qe perder en
el intento, todo vale a la hora de luchar por la victoria.
Ciertos destinos están marcados,
y dentro de ellos, sucesos inevitables sobre
el filo de lo imposible, sugestiones de lo
qe pudo o no pudo ser, divagaciones en los "qué hubiera sido si.."
El tiempo.. ¿Habrá algo más subjetivo que eso?
Sí, podría haberlo, yo soy subjetiva.
Mi oscuridad es subjetiva.
¿Hasta dónde soy capaz de exponerme,
con tal de regresar de la oscuridad?

Hasta pronto.

Quizás sea este el momento de decir adiós.

Tal vez no, tal vez sea un "Hasta pronto"

Es hoy que me doy cuenta lo que pierdo, pero también lo mucho que gano.

No es que te menosprecie, no...Al contrario. 

Me enseñaste a saber, a entender.

Me enseñaste a ver que soy mas fuerte de lo que yo creía.

Con vos aprendí que lo genial de las personas, no es por fuera, sino por dentro.

Ver mas allá del horizonte que separan las almas.

Aunque lo mas doloroso, es saber que nada pude hacer yo por vos.

Nunca entendiste lo que yo te ofrecía. 

Y no puedo ganar una batalla perdida antes de comenzar.

Espero no te arrepientas de tus decisiones, y ruego no arrepentirme yo de las mías.

Mañana quizás sea demasiado tarde para volver.

Pero nada de lo que paso en este tiempo fue en vano, no fue un tiempo perdido.

Guardo el recuerdo de estos meses en mi cofre mas preciado, ahí en mi corazón.

Pero así se escribe la historia no? El universo da, y el universo quita.

Las personas siempre aparecen en nuestra vida por una razón.

Y si se van, si se marchan no lo hacen por completo, siempre algo dejan.

Vos me dejaste valores y recuerdos, que voy a atesorar siempre.

Sin embargo debo admitir la decepción de la derrota, lo nuestro habría sido tan fácil, tan sencillo...tan fácil como respirar.

Puedo manejar las sombras, pero no puedo luchar contra un eclipse.

Estaba acostumbrada a verte, como mi sol...ese sol, que con su luz opacaba todo lo malo.

Toda la oscuridad que me rodeaba.

Por eso te doy las gracias...Gracias por dejarme descubrir mi propia luz.

Y así me despido, te dejo ir...sin reclamos, sin reproches. Sin frases hechas.

Solo con un adios.

Quizás dentro de un tiempo, la vida nos ponga en nuestros caminos de nuevo.

Te preguntare, que tal tu vida...Tus cosas.

Hablaremos como viejos conocidos, que una vez el destino junto.

Pero mientras tanto, hasta luego y hasta siempre.

El agujero de la tormenta.

Las nubes se abren paso por el cielo,

dejando sobre mi cabeza una

esponjosa sensación de textura,

abstracta por supuesto.

El viento sonoro arrastra hasta mi poros la

áspera fragancia de humedad y tierra mojada:

la lluvia viene en camino.

La fuerza del imponente aire en movimiento

arranca las frágiles hojas de los árboles que

desesperadamente intentan sujetarse a

sus finas ramas, sin éxito, adentrándose en

un viaje sin retorno, alejándose para siempre de

su hogar en donde habían echado raíces.

Observo con cautela que llegue aquel sublime momento

en el que un rayo salga disparado como una saeta

y se haga de día por un ínfimo instante,

iluminando con su luz todo a su alrededor,

hasta el más escurridizo pliego de mi alma.

Ese mismísimo relámpago que en la

oscura porción de cielo danza,

desplegando sus alas y

dibujando figuras únicas e irrepetibles,

como un caleidoscopio, grabadas en fuego y

adornando la noche como un carnaval de verano.

Estas imágenes quedan guardadas para siempre como

una fotografía instantánea en lo más profundo de

los archivos de mi memoria.

El suelo, rendido ante el sollozo del cielo,

se deja azotar por la continua lluvia que

se descarga furiosa sobre él, gota tras gota,

tras gota, tras gota.

Yo y mi super yo.

¿Aquello que veo en el espejo, realmente soy yo?

Esa chica en frente de mí parece una intrusa,

me mira friamente, con maldad en sus ojos,

es la oscuridad en persona.

No, esa no soy yo, es mi otro yo,

que viene de entre mis sueños

o mis pesadillas, a contarme cosas que van a pasar,

desastres que ella va a protagonizar;

pero es mi propia sombra, coexistimos en el mismo cuerpo,

es mi falso reflejo.

Quizás ella sea una de las muchas partes de mí.

Yo dejo mostrar alguna de mis faces alternativas

de vez en cuando.

Soy la pelotita en la ruleta, que da pequeños saltos esquivando los

números a los que todos habían apostado.

Soy el dado que amagó caer en el

dígito correcto pero dio una vuelta más

y arruinó tus planes de victoria.

O mejor dicho, ella es.

Ella, que en realidad soy yo, yo le temo y ella me teme a mí.

Nos desafiamos, ninguna de las dos quiere compartir el

mismo cuerpo, una debe irse, ¿pero cuál?

ella viene a arrebatar mi vida, que es suya también.

¿Entonces yo no tengo derecho a

compartir mi vida conmigo misma?

¿O le privo a mi otro yo la posibilidad de sentirse viva?

Nos necesitamos, no es necesario aclarar que

somos agua y aceite, frío y calor, blanco y negro..

Pero al igual que el ying y el yang

ninguna podría completarse sin su opuesto.

Juntas alcanzamos el equilibrio

aunque nos odiemos a muerte.