domingo, 3 de marzo de 2013

El agujero de la tormenta.


Las nubes se abren paso por el cielo,
dejando sobre mi cabeza una
esponjosa sensación de textura,
abstracta por supuesto.
El viento sonoro arrastra hasta mi poros la
áspera fragancia de humedad y tierra mojada:
la lluvia viene en camino.
La fuerza del imponente aire en movimiento
arranca las frágiles hojas de los árboles que
desesperadamente intentan sujetarse a
sus finas ramas, sin éxito, adentrándose en
un viaje sin retorno, alejándose para siempre de
su hogar en donde habían echado raíces.
Observo con cautela que llegue aquel sublime momento
en el que un rayo salga disparado como una saeta
y se haga de día por un ínfimo instante,
iluminando con su luz todo a su alrededor,
hasta el más escurridizo pliego de mi alma.
Ese mismísimo relámpago que en la
oscura porción de cielo danza,
desplegando sus alas y
dibujando figuras únicas e irrepetibles,
como un caleidoscopio, grabadas en fuego y
adornando la noche como un carnaval de verano.
Estas imágenes quedan guardadas para siempre como
una fotografía instantánea en lo más profundo de
los archivos de mi memoria.
El suelo, rendido ante el sollozo del cielo,
se deja azotar por la continua lluvia que
se descarga furiosa sobre él, gota tras gota,
tras gota, tras gota.

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WHAT THE FUCK IS THIS SHIT?

Habia una vez... Una vez cuando? En un reino muy muy lejano... Lejano donde? O lejos de que? Chicos esta no es una historia de amor, leyero...