No te pido que vuelvas a rescatarme de mis propios fantasmas, de mi propia sombra que me persigue.
No pido que vengas a llenarme tu ausencia, o vengas a cumplir mis fantasías, sentimentales, eróticas, y perturbadoras que tengo de vos (Bueno, en realidad si).
Solo te pido que alguna noche, antes de dormir, me envíes un beso que me abrigue, me digas "buenas noches" aunque no te escuche, y que me des un pasaje para entrar en tu memoria, pero uno especial, uno que me lleve a lo mas oscuro, a lo mas indecente, a lo que siempre callaste.
Como quisiera tenerte acá, en lo cotidiano, verte reír, hacerte reír, o que te rías de mi, no importa, tu sonrisa vale una vida. Tu risa me arma un miedo vertebrado pero frágil, digo, tu risa me arma el mismo miedo que me rompe.
Lo que me encanta de lo nuestro, es que puedo darle mil vueltas en mi cabeza, de principio a fin, y por que no, inventar otros mundos. otras calles, otros parques, en los que me querés.
En los que me decís que siempre me habías estado esperando y te digo "perdón, lamento haber llegado tan tarde".
Entre todos esos sentimientos borrosos, que se mezclan con el halo de mis fantasmas, estas vos. Que sos la persona que me hace dar ganas de sacarle fotos al cielo el día que el cielo no quiere ser fotografiado. Me caigo en la calle por que siempre fui torpe, y tu cara de preocupación me pone el corazón arrugado como si llevara meses abajo del agua. Desde vos, el tiempo me entusiasma igual que el río, miro al futuro y quiero verte ahí, arrugando la nariz cuando te hago reír en los tiempos difíciles, los días en los que todo el agua de la montaña pasa por nuestros pies.
A veces siento que me quedé dormida en tu pecho, por que todo se siente nuevo y viejo al mismo tiempo. Y cuando me respondés antes de que te pregunte siento que puedo tocar los bordes de la montaña, moldearla, usarla de vaso.
Yo no sabía que el beso mas lindo que me iban a dar iba a ser comiendo helado una madrugada de verano. Y no sabía tampoco o no había entendido mucho que el amor es cuando sentís que la otra persona te hace crecer. Digo, estoy todos los días aprendiendo cosas.
Vos sos el chico del que hablé en todos mis poemas y todavía no te conocía.
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