jueves, 18 de octubre de 2012

Viejos fugitivos, nuevos amantes.

Dejó de ser divertido cuando me di cuenta que ya no era un juego,
que se me había escapado de las manos,
que implicaba sentimientos fuertes,
y a muchas personas que podrían salir lastimadas..
Ya no se trataba de jugar con fuego,
sino de incendiar todo lo que estuviera alrededor. 
Encuentros furtivos, llamadas descuidadas. 
Besos dados al pasar corriendo el riesgo de que nos vieran.
Al principio el calor era agradable,
pero fue creciendo hasta que comenzó a quemarme.
Todo se consumía en llamas.
Pasó el tiempo, y se mantuvo encendido.
Cada vez que intentaba soplarlo o apagarlo
solo lograba aumentar el dolor...
pero el fuego es así,
solo se propaga si tiene espacio para seguir quemando,
y dentro de mi corazón,
él tenia las llaves de todas mis puertas.
Pero, algo cambió.
Las puertas comenzaron a desaparecer,
dejando muros en su lugar.
Hay lugares en los que ya no tengo paso dentro tuyo.
Tu espacio es cada vez más pequeño,
y si sigue disminuyendo terminarás por consumir el aire que queda.
¿Sabés que pasa cuando al fuego se le termina el oxígeno...?
Sí, se apaga..

2 comentarios:

Fernando Fantin dijo...

Blancangel: (como desconozco tu nombre deberé seguir llamándote por tu bello seudónimo), yo soy un creyente fervoroso de que los fuegos nunca se apagan, pase lo que pasen, Siempre hay una pequeña llamita que sigue ardiendo pese a todo, a la espera que nos descuidemos para volver a consumirnos con su calor devorador.
Me ha encantado tu entrada y, sobre todo, ese título que tantas reminiscencias me trae de Ismael Serrano. Como siempre, un verdad placer pasar por aquí.

Rodolfo Serrano dijo...

Me gustan estos versos, este tipo de poesía. Gracias por invitarme. Volveré a visitarte.Besos

WHAT THE FUCK IS THIS SHIT?

Habia una vez... Una vez cuando? En un reino muy muy lejano... Lejano donde? O lejos de que? Chicos esta no es una historia de amor, leyero...