lunes, 17 de junio de 2013
Cierro los ojos y confío.
Muchas veces me pregunté hasta donde tienen razón.
Al punto de pensar que soy una obstinada.
Poníendome a prueba todo el tiempo, luchando conmigo misma.
Y creanme, no es nada fácil.
Una parte de mi dice "No estas ni remotamente preparada para esto",
mientras que la otra dice "Hacelo tuyo para siempre".
Yo sigo trabajando en la parte de "Para siempre".
Y mientras me señalan con el dedo, juzgando mi actuar,
yo sigo en pie de guerra.
Pueden condenarme, pero eso nunca va a cambiar mi verdad.
El preso por muy condenado a la horca que este, sigue siendo culpable,
o inocente (dependiendo el caso) pero estará ligado de por vida a su verdad.
Y yo, con la soga al cuello, sigo luchando. Porque vale la pena seguir.
Quizás me digas que es mi empeño en demostrarle al mundo que se equivoca.
O tal vez en demostrarme a mi que me equivoco.
O no, tan solo sea demostrar que ambos nos equivocamos. Porque no?
No pueden culparme por aferrarme a lo que creo,
así como tampoco pueden hacerlo por creer en tus palabras.
Y como dije antes, perdido por perdido, que mas da?
Me tapo los ojos con las manos, y confío en vos. Siempre.
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