Quizás no era como lo había planeado. No, seguramente no.
Él era tan. Y ella era tan. Ambos eran.
Como una forma cambia en otra y en otra y en otra.
Con colores negros y violetas. Haciéndose una masa sin forma.
Como un alma, absorbe esos colores y se oscurece.
Se oscurecían, pero se amaban. Supongo.
Había prometido cuidarla, y en su lugar la había abandonado.
Lo normal.
Hoy ya no son los mismos. Nada los une.
Y sin embargo ella lo extraña. Lo necesita.
Como quien deja de fumar. O quien ha sido exorcizado.
Siempre esta el peligro de la recaída.
martes, 22 de septiembre de 2015
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