Como un fénix que renace de sus cenizas, me verás nacer,
fuerte, nueva y feliz.
Sobre todo feliz.
Me quemé, así como se quema el ave,
al momento de su muerte.
Las llamas, se llevaron la tristeza y el dolor.
Las cenizas se las llevo el viento.
Ya nada queda de esos recuerdos.
Solo existe, la esperanza de un nuevo comienzo.