miércoles, 7 de septiembre de 2011

Nada

La tristeza, detrás de la sonrisa.
La falsedad de los abrazos.
El vacio de los "Te quiero"
Te necesitaba. Y te fuiste.
Huiste.
Corriste lo mas rápido que pudiste.
Mi luz, mi estrella. Mi todo.
Ya no hay nada.
No hay lágrimas, no hay risas.
Simplemente, nada.

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Ojalá me hubieses visto, pero vos no estabas.

Ese día, el día que desapareciste, volví a sentir la piedra ahí, en la boca del estómago, dónde dice mi amiga Andrea que está el plexo solar...