domingo, 16 de octubre de 2011

BC

Poner mi alma en tus manos,
era lo que yo hacía.
No entendía,
porque de ti dependía.
Que el tiempo y la desilución,
no me hagan olvidarte.
Que conserven en mi,
la ilusión de recordarte,
el temor de quererte nuevamente.
Ya que no podré sacarte de mi mente.
Aunque mas desepcionante será,
no poder sacarte de mi corazón.
En eso el destino tenia la razón.
Sentir la emoción de amarte.
Comparado a la desesperación de perderte.
Sentir que te vas,
volteo y ya no estás.
Si algo de mi, queda en vos,
sabrás recordame con amor.
Dejando a un lado el dolor.
Desechando el rencor.
Hasta siempre te digo ahora,
verás como otro corazón en llegar no demora.

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Tenés que saber.

Tenés que saber que me haces falta, que los días se van lentos cuando no aparecés en ellos, que el café no sabe a nada y que las risas ajena...