domingo, 23 de octubre de 2011

BC III

Temiendo decir adios.
Recitando a media voz.
Entendiendo que no se puede vivir de recuerdos.
No son eternos.
Que los momentos felices,
fueron eso, momentos.
Pero no los contamines con lamentos.
Que me recuerdes con amor,
es todo lo que puedo pedir.
No hay mas que decir.
Que te quiero con locura,
es una realidad dura.
Que me quieres, no hay duda.
Pero la diferencia está,
en que mi vida te di.
Cuando mi corazón solo late por ti.

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Ojalá me hubieses visto, pero vos no estabas.

Ese día, el día que desapareciste, volví a sentir la piedra ahí, en la boca del estómago, dónde dice mi amiga Andrea que está el plexo solar...