Te vi queriendola a ella como no pudiste quererme a mi.
Bastó mirarte par que me explotará el destino en medio de la cara.
Acá estoy yo, caminando por las brasas de un pasado mentiroso. Mentias y yo te creía. Al fin y al cabo, uno cree lo que le es más soportable para su alma herida.
Siempre me refugie en la esperanza de que era la cobardía lo que te hacía de obstáculos para no poder tenerme al lado tuyo. Te infle los miedos como un globo.
Pero no. De repente las palabras son devoradas por lo real.
Podías. Se ve que poder, podías. Pero no conmigo.
No todo amor muerto antes de nacido se llama miedo. A veces simplemente no se llama amor.
Ya sabes, supuro hasta vaciarme.
Tenés una deuda conmigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario