Ahora no. Discúlpame pero no puedo. Me estoy ocupando de mi. Necesito hacerlo. Necesito mi silencio y mi dolor en la mano.
Déjame, no me presiones. No me digas que todo va a estar bien, que me lave la cara, que voy a ser feliz. ¿Que sabes vos si voy a ser feliz?
No me digas que me arregle un poquito, que brille como se hacer y me coma el mundo. No puedo. El mundo me come a mi.
No importa si soy fuerte. Si alguien más me necesita. Si tengo una vida por delante y gente me que quiere y espera.
Déjame.
Necesito que sanes lo que rompiste.
Necesito meterme en la cama, taparme hasta el cuello y dejar que reviente lo que tenga que reventar. Tengo pus en el pecho, está infectado y me duele.
Necesito que reviente de una vez.
Necesito que sangre la herida para poder cicatrizar.
Necesito que vengas a ponerle la curita que yo no puedo.
No quiero un te. ¿Qué carajo tiene que ver el te con todo esto que te digo? No llames a nadie. No me organices la agenda. No me tapes la boca. No me metas un chocolate sin avisar por qué no me entra más nada en el cuerpo y no me gusta el chocolate!
Déjame.
Necesito vomitar el dolor y ver los pedazos en el piso. Deberías venir vos a juntarlos. Ya sabes que a nadie le gusta que lo vean vomitar. Bueno, a mí tampoco.
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