Adicta a vos.

Tan adicta a tu perfume
que hasta puedo saborearlo,
mi pecho se llena de mariposas,
o polillas tal vez, como un
nudo en la garganta que quisiera
retener por la eternidad.

Tan adicta a tu perfume
que me obliga a cerrar los ojos
una y otra vez cuando lo siento.
Su aroma revive cada uno de
nuestros besos, sientiendo aún así
la tibieza de tus labios sobre los míos,
al compás del ritmo de nuestra respiración,
inhalándote y exhalándote,
llenando mis pulmones de vos,
latiendo juntos, como un solo corazón,
irradeando ternura y pasión,
tenemos la misma sangre en
nuestras venas, el mismo efluvio de amor.

Tan adicta a tu perfume,
imposible evitar suspirar y
desear tener tu fragancia en
mi propia piel, para sentirte
a cada momento.
Imposible evitar recordar que
te quiero cada día un poco más:
por cada gota de tu perfume,
hay miles y miles de litros de
mi cariño por vos.
Imposible evitar anhelar abrazarte
una vez más para salpicar toda
mi existencia de tu aroma,
sumergirme completamente en
esa sensación.

Tan adicta a tu perfume
que nuestros recuerdos
vuelven a la vida y a su vez
vuelvo a ser yo la que
siente vivirlos nuevamente,
como si estuvieran pasando en
ese mismísimo momento;
en aquel abrazo, con mi cabeza
apoyada en tu hombro,
tan cerca de tu cuello,
tan suavemente, invitándome a
quedarme así para siempre,
inmortalizando aquel momento
por el resto de los días,
como una cicatriz marcada
permanentemente en
la piel de mi memoria..

Tan adicta a tu perfume,
tan adicta a vos..