Porque sellaste tu boca,
tan solo dos palabras,
se necesitaban.
El ayer hubiera sido dulce.
Ahora la vida
en tanto tiempo
nos ha sacudido,
llevando de acá para allá,
alegrías y tristezas.
Forman una coraza
casi, casi impenetrable.
Sólo la voz a lo lejos,
se mantiene virgen.
Esa voz que aún recuerda,
que aún sueña,
que aún espera.
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