lunes, 28 de julio de 2025

Agotada

Solo un abrazo mataría, por goleada, esto que tengo acá. Atravesado en el pecho. 

Te extraño. Y nada que no venga de vos va a apagar esta ansiedad inmunda. Te extraño y no hay reemplazo que pueda ayudarme. 

Querer olvidarte me recuerda a vos todo el tiempo. Es la puta ironía del dolor. Pensar como se me pasaría me lo acentúa más y peor. 

Estás donde voy. Me seguís dentro de la cabeza y en cada latido de mi corazón. Sin embargo, no estás. Y yo necesito ese abrazo, no cualquier abrazo. El tuyo. Pienso en ir a buscarlo y traérmelo puesto por un rato. Es como el adicto que necesita un poco más. Pero me quedo por que mañana se que va a ser peor. Mentira. No voy por que se que no tenes lo que yo te pido. Me vas a dar lo que te queda y eso no me calma. No me sana. No me salva. 

Yo sé lo que das, cuando das, y ese registro me quema. Porque sé perfectamente que eso que me traigo son sobras. Migajas. Esa puta palmada en la espalda y una mirada agobiada. 

Perdoname, pero no sé donde se golpea cuando la única puerta que va a donde yo quiero es la que estoy tocando. No sé donde ponerme. No sé como silenciar esta ansiedad inútil del que espera algo que no va a llegar.

Yo sé que no vas a volver. Lo sé. Pero vos tuviste la suerte de quedar afuera, decime como carajo se sale de acá. Curame.   

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Despedida.

Entonces llovía, y entonces el mundo había perdido total y completamente el sentido. Si a él no le importaba, por qué iba a importarme a mi?...