En el jardín de mi casa.
Tan renuente a florecer.
Cada tanto aparecen,
tres capullos nuevos.
Son dos hermosas rosas,
y un celeste clavel.
Su paso por mi casa,
es efímero, una semana tal vez.
Mientras tanto todo, todo
se viste de gala.
Cascabelean las risas,
su aroma se extiende aquí y acullá.
Y la casa cobra vida,
nueva vida de verdad.
Mis tres capullos amados,
muy poco se quedan,
porque arraigan en tierras que lejos de aquí están.
Cuando los capullos se van,
me quedo esperando el día,
en que otra vez volverán,
a vestir mi jardín de fiesta.
Para entonces poder decir,
la vida me visitó.
La vida pasó por aquí.
JADE en colaboración con Blancangel
Si supieras lo mucho que te extraño...
sábado, 23 de julio de 2011
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