Un poco blanco y otro poco negro.
Un poco frío y otro poco calor.
Siempre en ese medio, nunca un extremo u otro.
Ese huequito en el centro donde todo es indefinido,
y nada es lo que parece.
Un centro de complicaciones tal vez, no lo se.
Quizás si porque es allí donde el destino de las cosas se decide.
Quizás no porque no hay nada mas encantador
que la incertidumbre de lo que será.
Un centro de complicaciones tal vez, no lo se.
Quizás si porque es allí donde el destino de las cosas se decide.
Quizás no porque no hay nada mas encantador
que la incertidumbre de lo que será.
Ese impas en el ojo de la tormenta,
todo es calma y plenitud.
Pero no te engañes, los truenos y relámpagos junto a esa gran lluvia,
están por venir.
Quien pudiera asegurar que allí el blanco es blanco, y no gris.
O que una oruga es una oruga, y no una mariposa en su metamorfosis.
Pero es allí, en ese mundo, es donde son casi felices.
Donde nadie puede juzgar sus actos,
pero aun así están expectantes a ver.
Donde deben camuflarse, pero ser ellos mismos a la vez.
Esos breves minutos en los que esa paz permanece,
los hace plenos y los deja vivir.
Aunque después deban asumir horribles consecuencias.
Las consecuencias de ser libres.
Y siempre será así, un poco catastrófico.
Pero ella no puede negar que le encanta.
El precio de aquella adrenalina que le da emoción a la vida,
es impagable.
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