miércoles, 4 de junio de 2025

Decile que no la amas.

Decile que no la amas. Que no soñás con morirte al lado de ella.  Que en la foto de tu sueño no es que no la veas, ni siquiera la imaginas. 

Avivala. Explícale que tu ausencia es por desamor y no por miedo. Que tú corazón no bombea su nombre. Hacele entender que su intuición se equivoca. Que lo que no le decís es por qué no lo sentís, no por qué no te sale o no te animas.

Rompele el cuento de hadas. Reite en su cara. Que se entere que vos no sos su Peter Pan. Que no viniste a rescatarla de este mundo. 

Avisale. Que vos cerraste este cuento hace rato. Pedile que siga sin vos. Asegurale que no tenés nada para darle. Que no querés ni siquiera regalarle el tiempo que te sobra. Matala con las palabras. Con el desprecio y la indiferencia. Terminale esa agonía de una vez.

Necesita que le escupas la verdad en los ojos y entender, a la fuerza, que no te importa una mierda. Pedile que no te llame más. Pedíselo por qué no entiende. Decíselo de una vez. Gritáselo si vez que ella insiste. 

Terminala con este tango de cuarta y decile que no sea boluda. Que ni se te ocurriría regalarle un domingo de tu vida. A ver si entendés. Necesita morirse de dolor. Merece renacer. Ayúdame, que a mí no me escucha. Ayudala, por qué sola no puede. 

Se va a morir solo por un rato. Yo la conozco. Se va a meter en la cama, se va a hundir ahí adentro hasta ahogarse con sus lágrimas y después va a salir reciclada. Cómo hizo siempre.

martes, 3 de junio de 2025

No te duermas nunca

Tengo la certeza de que a veces me querés un montón y a veces no me querés un carajo. La certeza, dije. No me cabe ni la menor duda. 

Vas y venís. Entras y salis. Rompes y te vas. ¿Que puedo decirte al respecto si lo que vale es la intención? Y nadie puede tener la intención de querer un día y no querer al otro. Me tengo que aguantar. Cerrar el pico y esperar que me toque la sortija en esta calesita de mierda, dónde el día que la agarro se me acumulan un millón de mariposas en el estómago.

Ese día me olvido del que me toca mañana y es tanto lo que me querés, que apuesto la vida a que está vez tengo todas las vueltas de regalo. Me olvido. Te juro. Hasta mañana a la mañana, que por arte de magia, todo lo que me diste hoy se va a hacer humo mientras dormís. Nada pasó en el medio. Nada. Te dormiste y te levantaste sin quererme como ayer. 

Ya conozco tus procesos. Basta que te duermas para que se te apague la vela de una manera inexplicable. Pero con el tiempo aprendí a no buscar explicaciones ni a quejarme de nada. Ninguna de las dos opciones modifica está bipolaridad de la que soy cómplice y esclava.

Nadie tiene la culpa de que no puedas quererme todos los dias. Nadie. A veces quisiera que no te durmieras nunca. Se que suena ridículo. Pero si no te durmieras juraría que las cosas serían distintas y entonces, tal vez, podrías quererme todos los días.

miércoles, 28 de mayo de 2025

Volar bajo vuela cualquiera.

Ahí tenias lo que querías. Sobre la mesa. Servido y en bandeja. Quizás mejor de lo que alguna vez soñaste.

Lo querías, lo fuiste a buscar. Y lo tuviste de frente por un buen rato. Y ese rato fue suficiente para destruir lo que vos mismo saliste a comprar.  Tan hermoso era que no lo aguantaste. No sabías ni cómo se agarraba.

No pudiste cuidarlo por tu propia torpeza. Por tu incapacidad de vivir algo distinto. La vida te dió cartas diferentes. Impecables, guardaditas en una caja de madera.  Te llenaste de mil excusas y te retiraste antes de siquiera jugar. 

No te animaste a más. No te animaste a cantar vale cuatro. No te animaste a ser feliz. No pudiste abrazar algo distinto. No supiste cómo hacerlo y te resultó más cómodo estrellarlo contra la pared.  

Lástima y dolor. De a ratos me da hasta pena. Impotencia. Saqué todos mis ases de abajo de la manga. Me quedé sin cartas. 

Pero es verdad lo que dicen por ahí. Para volar, no solo hacen falta un buen par de alas. También hace falta tener un cielo. Y para tenerlo hay que tener los huevos suficientes para mirar bien arriba.

Volar bajo vuela cualquiera. 

lunes, 26 de mayo de 2025

No me curo sola.

Esto es increíble. Vos me decís a mi lo que yo siento por vos.

Te atreves a ponerle nombre a algo a lo que yo no puedo ni colocarle una letra.

Es como si te calmara explicarme que lo mío no es amor. Que se me va a pasar. Que te idealice. No sé si reírme o llorar. Yo con el corazón estrellado en tu mano, por qué en la mía ya lo tuve, pero no sabía que más hacer, y vos dandote el lujo de hacerte el Dr. House y diagnosticando una enfermedad que a mí me late en el pecho por vos. 

Hay que ser boludo, si no sabes que decir, entonces no digas nada. Así de sencillo. Los huevos sobre la mesa, mi ciela. Después mándame a mi casa con lo que queda de mi corazón. Con los mocos en la cara y el maquillaje corrido. 

Asumilo. Lo que yo acepto es peor que lo que te toca a vos. Dejá de lavar tus culpas por mi amor no correspondido, diciendo lo que te conviene a vos. Por qué a mí no solo no me lo resolves, sino que además, tengo que defenderme de un diagnóstico mal hecho.

Mi corazón está roto y para mí no tiene cura. Avísame si encontrás alguna. 

viernes, 23 de mayo de 2025

Sin barro no hay loto.

Cuando el ladrillo que se cae es el que sostiene la pared, ya no hay nada que hacer. Solo sentarse a esperar. A mí, un día, se me cayeron unos de los de abajo. Los que me sostenían. Los que me nombraban.

Vi desmoronarse mi vida en segundos. Esos segundos violentos que no dan tiempo a nada, como cuando entra agua a tu casa y no hay baldes que resuelvan el quilombo. Tenés que esperar que las olas bajen solas. Lo que pasa en el medio, te lo regalo. No es que veas destruirse tu mundo. No, no lo ves. Lo sentís, y sabes lo que viene después.

A mí se me cayeron los ladrillos. Se me inundó la casa. Cómo todas las catástrofes, no la vi venir. Me atacó por la espalda y me vacío entera. Me dejó sin lugar donde caerme muerta. No ví puertas, ni siquiera una puta ventana. Lo único que se salvó fui yo, y sola conmigo, tuve que salir otra vez. No sé trata de vivir o morir. No. Se trata de como iba a aguantar. 

Decidí romperme entera. Ir hasta el fondo. Tenía que romper lo que quedaba para arrancar de cero. De cero. Mi meta fue ese puto cero, porque, para construir tenía que terminar de destruir. No quería ver ni el barro que había quedado. El tiempo paso y las cosas que quedaban se siguieron rompiendo. Había un mar adentro de mi cuerpo y no me dió tregua. 

Todo se hizo polvo. 

lunes, 19 de mayo de 2025

El hueso es el límite

Yo ya me quemé con leche más de treinta veces y eso no me alcanzó para evitar la vaca.

Respiro la idea de que esta vez va a ser distinto y hasta que la pared no me de en la frente, no paro.

No me interesa parar.

Le doy para adelante por que siempre termino creyendo que quizá esta vez, si valen la pena las ganas y el intento.

El dolor que viene después no me sirve como excusa para quedarme en el molde y no darme la oportunidad de lanzarme de nuevo. 

Prefiero la herida y no el cuerpo impoluto y casto de no haberlo probado todo. 

El hueso es el límite. 

Lo que viene después es la verdad y la asumo. Asumo lo que venga, antes de pegar la vuelta sin habérmela jugado. 

No me importa huir de nada que guarde en si la ínfima posibilidad de que esta vez puede ser diferente. 

No dejo posibilidades tiradas en la vereda para que venga un perro y las cague. Prefiero cagarla yo, si es que así está marcada la historia, pero no irme a la cama sin sentir que al menos hice mi parte.

Las trompadas que tengo en la cara son de intentos, no se silencios. Por que hace tiempo entendí que el único dolor que no estoy dispuesta a sentir es el de la duda y el miedo. 

Las dudas me las sacudo y el miedo salta conmigo. 

Todo puede pasar. Todo. 

Pero huir es lo único que no se me cruza por la cabeza como opción. Esa es mi paz.

sábado, 10 de mayo de 2025

Apaga las velas

Alguien que no sos vos, tiene que cuidar de este corazón detonado. Me quedé con la angustia latiendome en el pecho la última vez que hablamos. Me volviste a decir que si pero no. 

Yo sé que me querés. Y también se que no me elegiste. No entra, en este bolso insulso que me llevo, un encuentro inútil cargado de soledad y abandono. La gente que quiere no abandona, no me vengas con boludeces.

Me querés pero no, y ya te escuché. ¿Qué más vas a decir que no hayas dicho?

Hago lo que puedo y es un montón. Creeme. 

Lo nuestro no va a ser, así lo querés, así lo elegiste. Y creo que lo supe siempre. Fui yo la que eligió quedarse. Vos y yo solo somos dos pronombres hermosos, atados a una fantasía miserable que me desgasta las venas. Me opaca la mirada. Respiro cansada. Duermo más de la cuenta. Algo me duele en el pecho y no puedo pensar que esto es amor. 

¿Sabías que el lunes es mi cumpleaños y yo lo único que hago es pensar si me vas a escribir?

jueves, 1 de mayo de 2025

A ella.

Te vi queriendola a ella como no pudiste quererme a mi. 

Bastó mirarte par que me explotará el destino en medio de la cara.

Acá estoy yo, caminando por las brasas de un pasado mentiroso. Mentias y yo te creía. Al fin y al cabo, uno cree lo que le es más soportable para su alma herida.

Siempre me refugie en la esperanza de que era la cobardía lo que te hacía de obstáculos para no poder tenerme al lado tuyo. Te infle los miedos como un globo. 

Pero no. De repente las palabras son devoradas por lo real. 

Podías. Se ve que poder, podías. Pero no conmigo. 

No todo amor muerto antes de nacido se llama miedo. A veces simplemente no se llama amor. 

Ya sabes, supuro hasta vaciarme.

Tenés una deuda conmigo.

lunes, 28 de abril de 2025

Perdón

Si uno supiera que en el mundo de los dolores, el de extrañar es el más terrible, abrazaría más, escucharía más, tocaría más. 

Uno no lo sabe hasta que se choca con ese agujero en el pecho y tiene que salir a buscar en el cajón de las fotos, los momentos que ahí quedaron quietos, inalterados, eternos. 

En el mundo de los dolores, extrañar te liquida. Te parte al medio. No hay remedio, no lo hay. Es como que algo se muere en el corazón y uno se arrepiente de no haber amado más. Pero es tarde.

El que extraña aprende a caminar rengueando. Uno camina con el alma renga. Aguantando como puede. Uno aguanta. Otra cosa no se puede. 

Perdón. 


domingo, 27 de abril de 2025

Me odio por atrevida

Me odio por atrevida. 

Más de la mitad de las cosas que tengo las busque pateando tableros. Obviando prejuicios y omitiendo permisos.

Soy quien soy, a pesar de mi pesar. Nací así, viví así y voy a morir así. 

No hay una sola cagada que no sea mía. Todas las genere yo. Si, todas. 

Cualquiera que tuvo el tupé de arruinarme un rato la vida, lo hizo bajo mi consentimiento.

Yo permití gente en mi agenda que me dolía hasta las muelas. No hubo colados, a todos los invite yo. 

Me tire de cabeza en un cuento de hadas y me reventé la cabeza contra el piso. Todavía me duele una bocha, pero no me tiró nadie, fui yo. 

Me fui de todos los lugares posibles, dónde ya no me sentía parte del paisaje. Y me banque estoicamente el coletazo de una soledad que me ardió dentro de las venas, pero me fui igual. 

Hice lo que sentí en el pecho, todas las veces del mundo. Casi todas terminaron mal. Pero nunca tuve duda de saber si estaba haciendo lo correcto. Lo sentí y punto. 

Me dolieron las tripas de hambre, y de amor y de miradas que no me miraron. Pero en todas hice mi parte. No tengo dudas conmigo. Si algo no sucedió no fue por mi. 

Tengo la cabeza de decorado y lo celebro.

No sé le nota

Es curioso por qué no se le nota que está rota. Te contagia esa idea de que puede ser feliz a pesar de tener el corazón despedazado. 

Es así como lo tiene. Le falta una de esas piezas que nunca más va a encontrar. Ella va a vivir sin una parte para siempre. Con un corazón que nunca va a armarse de nuevo. Pero la piba se para igual. Se para y no se le nota que renguea. Sigue. Sigue jugando con esas piezas que le quedan, sabiendo que nunca más va a tener el rompecabezas todo armado arriba de la mesa. 

Ella camina con ese vacío inscrustado en el pecho. Sigue jugando con lo que le queda. Guarda el dolor de la pieza que le falta para otro momento. Ella se sigue parando. No está sanada.

No va a sanar. Lo sabe. 

Ella ya entendió todo, perdió la batalla. Lo sabe. Pero se rie. Y a veces disfruta. Te hace creer que se puede. Que aún rota, si se quiere se puede.

Ella perdió justo lo que no tenía que perder, de todas las cosas posibles, justo esa no tenía que perderla pero la perdió y le duele en el pecho y en la garganta. 

Extraña. No sé agarra de nada que la distraiga de la verdad de saber que no está y que no va a volver. Pero ella sigue, a ver si tropieza por qué cree que tropezar mirando al cielo a veces compensa. 

No le va a buscar un reemplazo, va a dejar ese hueco ahí vacío, por si él cambia de opinión y decide regresar.

jueves, 24 de abril de 2025

Hoy

Tengo una cerveza fría en la heladera que no me animo a abrir. Quedó ahí desde que te fuiste y siento que si la abro vas a dejar de existir. 

Me saque un turno para tatuarme, un signo parecido al tuyo pero de color verde, para que esté siempre prendido. El recuerdo de que estuviste.

Empecé con mi tesis y quería pedirte ayuda, no conozco a nadie capaz de llevar a cabo el proyecto de mi vida tal cual lo quiero, como se que hubieras podido. Yo solo quería que me acompañaras.

En dos semanas cumplo 33, y como regalo de cumpleaños yo solo pido tu abrazo. 

No mucho más que eso hoy.

martes, 22 de abril de 2025

Ahora no

 Ahora no. Discúlpame pero no puedo. Me estoy ocupando de mi. Necesito hacerlo. Necesito mi silencio y mi dolor en la mano. 

Déjame, no me presiones. No me digas que todo va a estar bien, que me lave la cara, que voy a ser feliz. ¿Que sabes vos si voy a ser feliz? 

No me digas que me arregle un poquito, que brille como se hacer y me coma el mundo. No puedo. El mundo me come a mi. 

No importa si soy fuerte. Si alguien más me necesita. Si tengo una vida por delante y gente me que quiere y espera.

Déjame.

Necesito que sanes lo que rompiste.

Necesito meterme en la cama, taparme hasta el cuello y dejar que reviente lo que tenga que reventar. Tengo pus en el pecho, está infectado y me duele.

Necesito que reviente de una vez. 

Necesito que sangre la herida para poder cicatrizar. 

Necesito que vengas a ponerle la curita que yo no puedo. 

No quiero un te. ¿Qué carajo tiene que ver el te con todo esto que te digo? No llames a nadie. No me organices la agenda. No me tapes la boca. No me metas un chocolate sin avisar por qué no me entra más nada en el cuerpo y no me gusta el chocolate! 

Déjame.

Necesito vomitar el dolor y ver los pedazos en el piso. Deberías venir vos a juntarlos. Ya sabes que a nadie le gusta que lo vean vomitar. Bueno, a mí tampoco.


sábado, 19 de abril de 2025

No puedo parar de escribir

Te quiere pero tiene miedo, no se anima. Y podrían intentarlo, con miedo, igual. Pero no le sale. Y a vos te da bronca, por que tienen todo para que funcione, pero no va, che. 

Con el amor se llega hasta la esquina. Te quisiste convencer de mil maneras que había que darle tiempo, que no sabia lo que quería pero que quizás al conocerte, iba a cambiar de opinión. 

Quisiste ver si eso pasaba, pero no. Tampoco funciono el ponerte en modo acompañante espiritual, intentando comprender (en exceso) su historia, al justificarlo en todo eso que no podía, por su infancia complicada. 

Te volviste a ilusionar con el "si nos queremos debería funcionar", pero caíste en la cuenta de que hay mil parejas que no se quieren y siguen juntos (por los hijos, las propiedades en común, la división de bienes, el que dirán o la comodidad que se yo) y otro puñado de personas que se aman, pero no pueden estar juntas. 

No es tan sencillo esto del amor y del deseo, mal que les pese a los genios de la simplicidad.

Te quiere pero tiene miedo. No pretendas tener razón, por que de nada te va a servir. 

El orgullo de "yo hice todo lo que estaba a mi alcance" te va a durar cinco minutos. Después viene la frustración, la bronca, el que hubiera pasado, los proyectos de viajes que te tuviste que meter en el orto. 

Como decía William Falkner "Entre el dolor y la nada, prefiero el dolor". En un mundo en el que nadie quiere sentir nada (para no experimentar de vez en cuando el dolor de vivir), vos diste un paso hacia adelante. Y eso te lo saca nadie. 

Qsy

 Hay un mecanismo muy raro. Que hoy no tengo ganas, ni siquiera, de buscarle un nombre. No me interesa. 

Estoy enojada. 

Pero necesito que entiendan que a veces uno rompe el tesoro que encuentra por que tiene miedo de confrontarse con la idea de no estar a la altura de las circunstancias de semejante regalo. 

Entonces lo destruye. 

Se escapa. 

Le encuentra fisuras donde no las tiene. Si. Las inventa. 

Se abraza a las excusas que se mete como espadas en medio de la boca. 

Y le explica muy disciplinadamente que ahora no se puede. 

Que no es el momento. 

Que prefiere dejarlo para mas adelante.

Que ahora justo lo encuentra atravesando un mal momento.  

Le pide perdón por haberla ilusionado. 

Pero le explica que después le va a terminar agradeciendo que se haya ido. 

¿No se cansa de vivir con miedo? 

viernes, 18 de abril de 2025

Odio los títulos, nunca me salen.

Intento recordar nuestras promesas.

Debo decir que pude cumplir con algunas, y eso no es decir poco. Quisiera decir que seguí. Que vos te fuiste y yo seguí, pero no.

Me mirabas, fríamente te alejabas. Un agujero en mi interior se abrió.

Algo asi como un hoyo negro que absorve todo lo que toca.

No importa. Caígo, me levanto y vuelvo a caer.

Y duele. Cada vez que te nombran, cada vez que te recuerdo, se estremece mi agujero, se mueve dañando algo mas.

Pasa el tiempo y aunque no vamos a sanar por completo aprendemos a convivir, mi dolor y yo.

Volviste, una noche que creí había esperado toda mi vida.

Para que? Para recordarme que era momentáneo y que de nuevo te ibas.

Y yo accedí, sabiendo que la unica que lidiaba con el después era yo.

De nuevo dolió y llore. 

Hoy no puedo mas. De tanto seguir, mi voluntad se gastó.

Supongo que me rindo al dolor, o nos mimetizamos tanto que ya no puedo distinguirlo.

Son estos momentos de solitario silencio en donde me doy cuenta cuanto te extraño.

Alguien puede pensar en un titulo?

Era un amor bien rústico, bien bruto. Él sabía... yo no quería flores, ni velas ni cuanta otra boludez que nos hiciera parecer discos rayados de películas de domingo. Yo quería que me abrazara, que me apretara, que me besara, que me mordiera. Yo quería el río y las canciones. Yo quería un amor sin aniversarios, ni anillos, ni planes, ni expectativas. Quería un amor macanudo sin cadenas, ni obligaciones, ni reproches.

Yo quería algo fuerte, algo que marque, algo que se diferenciara de todos los otros "algo". No quería corazones, ni frases mal usadas, ni fotos de felicidades mal contadas. No quería una maldita demostración extra, no la necesitaba. Yo quería el amor, los mates y la frazada en el parque. Yo quería las locuras y el sexo a donde se nos cantara. No quería regalos, sólo guardaba pedacitos de momentos ya sea un papel, un caracol o la etiqueta de un buen vino. Lo que sea que me trasladara nuevamente ahí cuando me hiciera falta.

Con él yo era yo y eso es más enorme que cualquier prototipo de relación. Era yo entera, confiada y tranquila... como si estuviese desnuda a toda hora. No disfrazaba mis monstruos, ni me la daba de humilde por mis fuertes. Yo era yo y por esto es que te digo que nunca voy a olvidarlo, porque cuando uno encuentra en el mundo ese lugarcito en donde se siente pleno, en donde se siente vivo... ni muriendo lo olvida. Y ojo que a mí recordarlo no me hace daño... el consejo más miserable que me han dado ha sido ese de "soltá" cuando "soltar" tan buenos recuerdos es solo para cobardes. Yo no suelto un carajo y no sólo no puedo sino que no quiero. De la boca para afuera olvidar siempre es lo más conveniente, pero yo no hago lo que me conviene... yo hago lo que me dicta el instinto, el instinto de amar en las buenas, en las malas y en las peores.

Quizá no vuelva a verlo, pero el recuerdo es mío y me lo guardo y lo atesoro. Porque con él me descubrí. No es fácil la duda, no es fácil la intriga, no es fácil asumir ante el mundo que pase lo que pase aquel amor no morirá jamás. No es fácil cargar con cosa tan grande, cosa tan buena y cosa tan lejos. Pero es hermoso saber que tenés ahí guardado algo que nadie podría nunca quitarte... su recuerdo.



Sin titulo, para variar.

Siempre me miraba con sus ojos negros, la sensación que me producían es algo que es difícil de olvidar.
Tan contradictoria. Me decían "corré", y a la vez me gritaban "quedate".
Por que nuestra relación siempre fue así, no dormíamos juntos, pero soñábamos lo mismo.
Y yo siempre me quede.

El se iba de a ratos, quizás algunas almas necesitaban mas su ayuda que la mía, pero siempre volvía. Siempre volvíamos.
Era esa sensación de "Te conozco, y no es de ahora, de toda la vida".
Por que me quedaba? No se. Masoquismo? Curiosidad? Que se yo.
Creo que cuando dos almas se conectan ya no se separan nunca mas.

Pero la idea de apartarme de su vida, de hacerle caso a la parte de mi que quería correr,
no era una opción. Así como el agua es transparente y el aire es necesario para respirar.
De esa manera estaba tan segura.

Una noche si dormimos juntos, y soñamos distinto. Va, el durmió, yo soñaba.
No podía dormir, no me quería perder de nada. La forma en que respiraba,
la expresión en sus ojos cuando tenia una pesadilla. Moría por ver lo que el veía en ese momento.

Me abrazo desprevenida, y mientras me acariciaba la cara me dijo "Nunca te abandone".
Y esa fue la primer mentira, en el mismo momento en el que amanecía y entraba el sol por la ventana.
Contradictorio? Si claro, es como me siento al respecto.
Es lo que me genera. Sabiendo que a su lado es el lugar mas seguro y mas peligroso del planeta.

Decile que no la amas.

Decile que no la amas. Que no soñás con morirte al lado de ella.  Que en la foto de tu sueño no es que no la veas, ni siquiera la imaginas. ...